NOS ENSUCIAMOS LAS MANOS PARA QUE TE CHUPES LOS DEDOS.

Hay frutas y frutas. Y luego están esas frutas especiales. Las que nos conectan con la naturaleza y nos trasladan directamente a la huerta. Brunilda es así, fresca y directa. Auténtica como todo lo que es de campo. Una marca que se inspira en lo que nuestra familia ha hecho siempre. Plantar con las manos, podar, ver como crece. Mirar al cielo para saber si va a llover, enfadarse si lo hace a destiempo. Según. Porque si algo tiene Brunilda es carácter. Por eso las cosas son como son y se dicen tal cual. Cercanas y honestas. Fruta de verdad, campechana, que cuida de su entorno y de las personas. Fruta responsable, porque crece bajo la responsabilidad de quienes adoran lo que hacen.

Fruta que, cada día, te lleva al huerto..

 ¡LO NUEVO DE BRUNILDA!

En Brunilda ponemos corazón a todo lo que hacemos. Como el kiwi Red Passion, que crece en nuestra tierra con todos nuestros mimos y madura a pleno sol. Con alegría y salero. Y con un corazón tan rojo y tan lleno de sabor… ¡que explota me expló!

Sol por aquí, frío por allá… Et voilà!

ALPES DE HAUTE PROVENCE

De día tienen todo el sol y la luz de la Provenza y, de noche, se refrescan con el aire que baja de los Alpes. Y con ese poco de aquí y de allá, y ese mucho de nuestro savoir faire, nacen las manzanas Brunilda en nuestra Finca Champs des Alpes. Tan ricamente, con unas vistas que para ti las quisieras. Por eso son tan equilibradas, con ese sabor de qualité que quita el sentido. Et voilà!

A ESTAS ALTURAS, ¿A QUiÉN SE LE OCURRE USAR PESTICIDAS?

Finca LA GOTARTA - ALTA RIBAGORÇA

Nuestras Manzanas de Altura crecen mejor a partir de los 1.000 metros. Es por ello que, ya hace unos años, empezamos a cultivarlas en este rincón del Pirineo. Un lugar tranquilo, en el que recibimos pocas visitas y en el que, quizás, no haga el tiempo más amable del mundo. Pero es lo que necesitan nuestros árboles para dar unas manzanas extraordinarias sólo con nutrientes de origen orgánico y aire y agua puros. Y es que, a estas alturas, ¿a quién se le ocurriría usar pesticidas?